sábado, 8 de mayo de 2010


¿Cómo ayudar a nuestros hijos a asumir nuevos retos?
Todos los padres nacemos con el instinto de amar y proteger a nuestros hijos, les queremos evitar sufrimiento, dolor, rodearlos de cariño y de seguridad. Nos gustan hijos esforzados y voluntariosos, constantes en lo que emprenden y siempre dispuestos a esforzarse en sus objetivos hasta logarlos. Pero, ¿sabemos cómo se hace eso?

Debemos ofrecer a nuestros hijos la oportunidad de equivocarse, ofreciéndole también la oportunidad de aprender, rectificar errores y mejorar, en definitiva, MADURAR.

En muchas ocasiones actuamos con la mejor intención, pero a veces sin darnos cuenta les enviamos mensajes a nuestros hijos de que ellos no pueden solos y que necesitan de nuestra ayuda. Por ejemplo, "Estoy colocando tu sandwich en la mochila para que no te olvides", "Deja que abra yo el paquete de galletas... no se te vaya a caer todo".

Es lógico, que cuando nuestro hijo se esfuerza por superar un reto o un problema, nosotros los padres sintamos el impulso de ayudarlo, sin embargo, si queremos ayudarlo no debemos hacerlo en ese momento, ya que en ese momento nuestro hijo lucha para saber hasta qué punto es autónomo, su opinión sobre él mismo dependerá de la frecuencia y manera en que le ayudamos.

Entonces, para que nuestro hijo aprenda a asumir nuevos retos, lo más importante es enseñar en la voluntad (el querer y poder hacerlo) con autonomía y confianza. V esto lo podremos lograr cumpliendo las siguientes indicaciones:


Establecer rutinas diarias para las actividades cotidianas, ya que a través de ellas, es posible ayudar a nuestro hijo a construir su voluntad, asumiendo como propias, decisiones que son buenas para él y para la familia. De estas rutinas derivarán los hábitos.
Ayudar a nuestro hijo a lograr el éxito en los objetivos que se propone. Por ejemplo, si nuestro hijo se propone mejorar en sus calificaciones, los padres le ayudaremos a planificar un horario de estudios. Los padres debemos acompañar a nuestro hijo para trasmitirle seguridad y confianza en sí mismo. Esto le ayudará a plantearse nuevos retos cada vez más difíciles.
Debemos enseñarle a esperar las recompensas y los premios.
Evitemos darle a nuestro hijo todo hecho. Permítale equivocarse, resolver, probar, tantear siempre que la situación lo permita. Él deberá tomar sus propias decisiones y asumir las consecuencias.
Edúquelo en el esfuerzo y la perseverancia. Enséñele a ser constante en la ejecución de sus proyectos o cumplimiento de responsabilidades.
Fomenten la responsabilidad, tomando en cuenta la edad y capacidad de maduración.

Si nuestro hijo es capaz de tomar decisiones en cada etapa de su vida, si es capaz de asumir responsabilidades y de hacer las cosas por sí mismo, acabará creyéndose un individuo competente y, de hecho, lo será.
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